Cuando el tiempo está un poco revuelto la vida se complica mucho a la hora de tomar decisiones. Muchas veces parece que decidas lo que decidas te vas a equivocar. Pero algunas veces, después de pensártelo y sopesar todas las implicaciones de tu decisión, si te la juegas a una carta, entonces la vida te premia por tu testarudez.
Por lo menos eso es lo que pasó hoy, porque luego de decidir que por el mal tiempo no era factible ir al parque a hacer deporte, vimos que en los cielos se abría un pequeño claro y en ese instante nació el Plan B: íbamos a la playa.
Dicho y hecho: recogimos y fuimos a la estación de ferrocarril con lo puesto y subimos a un tren con destino Ainsdale, a tres paradas de Southport.
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| No, no y mil veces no |
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| ¡Qué contentos nos pusimos al ver que salía el sol! |
¿Ha habido alguna vez un grupo de chavales más simpático y agradable? Lo dudo.
El viaje pasó rapidísimo y en nada, apenas 15 minutos, habiamos llegado a Ainsdale, ahora bajo un sol espléndido.
Haciendo puente
Fuimos caminando por el agradable barrio de Ainsdale, hasta la playa.
La de Ainsdale es una playa muy amplía con dunas atrás, así que hay sitio para hacer de todo.
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| Hector 1, Gaviotas 0 |
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| Eligieron mal día para ir a la peluquería... |
Los chicos organizaron una pachanga...
...mientras las chicas fueron en busca de alguien que les salvaría, por si acaso.
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| Andrea y Elena harían cualquier cosa para no ensuciar sus zapatillas... |
Hay una gran tradición de entrenar caballos de carreras en las arenas de la zona, con alguno llegando a ser famoso en todo el país.
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| Así son las chicas... |
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| Una para el recuerdo |
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| Aprendiendo a volar |
Nos refrescamos con unos helados, algunos merendamos y luego volvimos a la estación.
El tren nos llevó de vuelta a Southport y así acabó una excursión vespertina que fue tan divertida como inesperada, después de las lluvias que nos habían mojado por la mañana. ¡A este paso, volveremos a España con un morenazo envidiable!
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